Gabriela Acharán y la Ley Más Mujeres en Directorios: diversidad como clave estratégica

Con la promulgación de esta ley, Chile avanza hacia una mayor representatividad en los directorios, promoviendo una participación más equilibrada entre hombres y mujeres en los espacios donde se toman las decisiones más relevantes del mundo corporativo.
La ley “Más Mujeres en Directorios” marcará un antes y un después en la gobernanza empresarial chilena. Con más de la mitad de la población compuesta por mujeres, la realidad aún revela una profunda brecha: solo el 22,1% de las empresas tiene al menos una mujer en su directorio y, en el caso de las compañías supervisadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la participación femenina llega apenas al 17%.
La nueva normativa busca revertir este escenario estableciendo una cuota máxima sugerida del 60% para el sexo sobrerrepresentado en los directorios. Este mecanismo no impone una obligación inmediata, pero sí establece un modelo de “cumplir o explicar”, en el que las empresas deberán justificar públicamente si no avanzan en equidad. El efecto esperado es doble: generar transparencia y, al mismo tiempo, ejercer presión reputacional sobre aquellas organizaciones que decidan no adoptar la medida.
Además, se establece la creación de un Comité Asesor de carácter transitorio, integrado por representantes del sector público, privado y la sociedad civil. Este órgano tendrá como misión acompañar la implementación de la ley, asesorando a los ministerios de Economía, Hacienda y de la Mujer, y promoviendo una articulación efectiva entre las distintas partes interesadas.
Más que un ajuste legal, se trata de un cambio cultural. Al respecto, la Subdirectora de Alta Dirección FEN U. de Chile, Gabriela Acharán, manifestó que “En Alta Dirección FEN promovemos que la diversidad sea vista como un activo estratégico, no como un simple requisito legal. Nuestros programas de formación y espacios de networking buscan desarrollar liderazgos capaces de aportar valor real a los directorios. Además, tenemos un compromiso claro con crear programas y alianzas, nacionales e internacionales, que preparen a una nueva generación de mujeres líderes, con las herramientas para integrar y aportar en directorios”.
La ley también introduce incentivos innovadores como, por ejemplo, que las empresas que adelanten su implementación podrán ser reconocidas en procesos como las compras públicas, donde la equidad en la composición de sus directorios será considerada como un criterio adicional de evaluación.
La Subdirectora de Alta Dirección FEN enfatiza que la formación, la mentoría y la construcción de redes son herramientas fundamentales. “Nuestro compromiso es entregar capacidades directivas de alto nivel y abrir espacios de conexión que faciliten el acceso de las mujeres a oportunidades reales de liderazgo. Esto implica desarrollar visión estratégica sobre gobierno corporativo, finanzas, sostenibilidad y gestión de riesgos, junto con fortalecer habilidades de liderazgo en entornos de alta exigencia”, explica.
Para que la ley sea verdaderamente transformadora, Gabriela advierte que “El verdadero desafío está en construir un sistema donde el talento femenino no solo tenga acceso, sino también permanencia e influencia en los espacios de decisión , especialmente en sectores donde históricamente ha habido poca presencia de mujeres en cargos de alta responsabilidad. A esto se suma la necesidad de adaptar culturas organizacionales que aún presentan sesgos en procesos de selección y en la forma en que se toman decisiones. Para lograrlo, la formación, la mentoría, las redes y la visibilidad son fundamentales”.
Desde Alta Dirección de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, se entiende esta ley como una oportunidad para repensar los liderazgos empresariales con una mirada estratégica. “La evidencia internacional es contundente: las empresas con directorios diversos tienen mejor desempeño financiero, mayor capacidad de innovación, más sostenibilidad y mejor gestión de riesgos. La diversidad debe ser vista como un activo estratégico que genera valor. El argumento ético es importante, pero es el argumento económico el que finalmente instala un cambio cultural profundo y sostenible”, concluye Gabriela Acharán. La ley “Más Mujeres en Directorios” no solo regula la composición de los directorios, sino que invita a modernizar la cultura corporativa en Chile y a comprender que el liderazgo del siglo XXI es necesariamente diverso y compartido.